domingo, 24 de octubre de 2010

EN BABLE

Así fueron mis vacaciones de verano, en bable. Bueno, todas no, solo una semana, pero lo suficiente para descubrir un autentico paraiso. Un paraiso que tenemos aquí mismo, al alcance de la mano. Me refiero a Asturias.
Allá por el mes de mayo comenzamos a pensar cual sería el destino de nuestra escapada familiar anual, y después de la magnífica experiencia del año pasado, decidimos enfocar nuestras opciones de nuevo hacia el norte de España. La verdad es que la apuesta era fuerte, pues San Sebastián y Pamplona habían puesto el listón muy alto, pero nos atrevimos a ello.
Barajamos otras posiblidades, pero después de descubrir, a través de un conocido, el lugar que ahora describiré, no albergamos duda alguna. Y no contentos aún, arrastramos a nuesta aventura a unos amigos que junto con sus hijos se unieron a nosotros.
Se trata de Naveda, una pequeña aldea situada en el corazón de la comarca de la sidra, a 14 kilómetros de Villaviciosa y a 12 kilómetros de Nava, donde encontramos el curiosísimo y acogedor museo de la sidra, ideal para visitarlo con los niños y donde tanto mayores como pequeños disfrutan de un recorrido totalmente interactivo.


Aconsejo buscar el lugar con la herramiente Google Earth, así podreis haceros una idea de lo que hablo.
Un lugar perdido en los montes asturianos, pero a su vez perfectamente comunicado, rodeado de prados y bosque y con unas vistas espectaculares de los Picos de Europa.
El alojamiento era una casa rural ( Casa Rosaura ) con capacidad para 9 personas, equipada con todo lo necesario ( incluida una barbacoa en el jardín que dio mucho juego por las noches ).
Su dueña, Maite, es una persona encantadora, que a su vez gestiona junto a su marido un precioso hotel situado a escasos 30 metros de la casa. Y no contentos con ello tambien poseen una fabrica de embutidos artesanos asturianos de los cuales evidentemente una considerable cantidad viajaron de regreso a Almería con nosotros. La pena es que solo los distribuyen a tiendas gourmet del Principado, por lo que coseguir esos productos fuera de allí es literalmente imposible.
La ubicación de la casa era inmejorable como ya he dicho, y ello facilitó que pudieramos visitar algunos de los lugares mas bellos y característicos sin necesidad de largos desplazamientos.
El primero de ellos fue Lastres, localidad famosa actualmente por ser el lugar donde se rueda la serie "Doctor Mateo". Dejando a un lado esa faceta televisiva, allí podemos encontrar la playa de "Las Griegas", con sus huellas de dinosaurios grabadas en la piedar, así como un museo dedicado al tema donde los que más disfrutan como es normal son los niños.

Otro lugar digno de conocer es Cabo Peñas. Allí encontramos un faro precioso sobre unos acantilados espectaculares que se desploman hasta fundirse con el mar cantábrico. Un paisaje realmente espectacular e imponente. Incluso con un poco de suerte pueden avistarse ballenas desde la zona.
Aquí haré la primera parada gastronómica de mi relato. A unos 300 metros del faro, y al igual que este, colgado sobre los acantilados, encontramos un pequeño bar-restaurante con apariencia humilde, de bar de carretera podriamos decir, pero en el que merece la pena realizar una parada.
La comida es totalmente casera, a un precio más que razobable, y puedo recomendar sin lugar a equivocarme las fabes con marisco o las fabes con almejas. Poder disfrutar del plato más típico de Asturias en su versión más marinera, contemplando el mar cantábrico a través de los ventanales del restaurante sencillamente es algo que no tiene precio.

Especial mención merece también el paseo marítimo de Ribadesella, jalonado de antiguas casas de "indianos", auténticas mansiones, la gran mayoria de finales del s.XIX y principios del XX alguna de ella convertida en hotel, que dan un ambiente muy especial.

Visita obligada fue la subida a los lagos de Covadonga y la posterior visita a "La Santina", en la cuna de la reconquista.




Cangas de Onís es otro lugar para no perderse, por sus numerosos monumentos, su puente sobre el Sella y porque hará las delicias de los fanáticos de los souvenirs. Para los más sibaritas decir que hay numerosos comercios delicatessen de productos asturianos donde podrán dar rienda suelta a su afición ( yo lo hice ).

La pequeña localidad pesquera de Tazones se convirtió en otra de nuestras paradas. Un pequeño pueblo que se descuelga a caballo de las dos laderas de una vaguada hasta caer al mar. Característico por sus pequeñas casas llenas de colorido y por tener numerosos restaurantes donde ofrecen auntenticas delicias procedentes del cantábrico y que han sido pescadas tan solo horas antes de sentarnos a la mesa.
Como muestra relatará el menú del que disfrutamos, como entrante unas navajas a la plancha junto con una zamburiñas. Seguimos con un calamar de potera en su tinta que se deshacia en la boca, un centollo y para rematar un rape a la plancha. Desde luego, y una vez mas un menu de lujo en un entorno sublime.

Quiero hacer mención tambíen a un pequeño bar de pueblo, en la pequeña localidad de Camas. A escasos  6 kilómetros de Nava, en dirección a Naveda, donde teniamos nuestro cuartel general. Puedo afirmar si lugar a duda alguna que es allí donde he comido la mejor fabada que jamas haya probado. Una cocina totalmente casera, hecha con auténtico mimo y cariño, y que rematamos con una tarta de cuajada, por supuesto,  casera también.
Ni que decir tiene que durante toda la escapada me acompaño una buena provisión de habanos que degusté tras cada comida o cuando el momento lo sugirió y permitió, pero esos momentos... son otra historia...

domingo, 17 de octubre de 2010

UN RINCON SIN PRETENSIONES

Eso es lo que es exactamente el lugar del que hablaré en las próximas lineas. Se trata de un local, bueno, un chiringuito, situado en Aguadulce, Almería. Tal vez, ante la palabra "chiringuito" alguien sienta ciertos prejuicios, pero el lugar sin dudas merece la pena ser visitado.
Lo primero que cabe destacar es su ubicación, en el paseo marítimo de la localidad, a pie de playa y justo delante de uno de los hoteles ´con más tradición de la misma.

La última vez que tuve la ocasión de disfrutar del magnífico servicio de Tete, que así se llaman el local y su dueño, fue hace dos semanas.
Una comida junto con una familia amiga fue el motivo.
Nos recreamos con un pulpo a la gallega excelente, en su punto justo de cocción, unas almejas a la marinera, unos boqueroncitos fritos que nos quitaron el hipo y como plato estrella... Una especialidad de la tierra, un "Gallopedro" en su punto justo de fritura que hizo las delicias de todos.
Esa fue nuestra elección, pero la carta es de los más extensa, principalmente surtida de pescados y mariscos de la mayor calidad. Sin olvidar por supuesto un magnífico arroz caldoso o el arroz con bogavante.
Hay que señalar que hoy por hoy es el único chiringuito en la zona totalmente dedicado a pescados y mariscos.
Para rematar la comida, y tras un cafe, una copa de whisky McCallan puso el broche a una sobremesa que se prolongó mas allá de las cinco de la tarde. Copa que por supuesto acompañe de un cigarro, en esta ocasión toda una novedad, un Partagás Serie D Especial recien llegado a mi estanco habitual. En las próximas entradas desgranaré los entresijos de ese excelente habano.
No puedo dejar de decir que Tete con su habitual amabilidad nos obsequió con una botella de Juve y Camps, todo un detalle muy de agradecer.
El lugar como digo en mi entrada, es un rincón sin pretensiones, pero que te acoje y te invita a volver, tanto por el ambiente como por la calidad como por el marco. Estando sentado durante la sobremesa, disfrutando de mi cigarro y la copa, al mirar hacia el mar tenía la sensación de estar en un barco. Una sensación que recomiendo y que invito a probar en el "Chiringuito de Tete".

miércoles, 22 de septiembre de 2010

POLITICAMENTE INCORRECTO


En los tiempos que corren, hablar sobre el placer de fumar puede ser improcedente, o incluso temerario. Es nadar contracorriente.
Pero no por ello voy a dejar de hacerlo. Para mí fumar es un placer, no hablo de fumar compulsivamente, ni si quiera por pasar el rato. Hablo de fumar para disfrutar del cigarro, de sus aromas, de todos los matices que poco a poco va dejando en nuestras papilas.
Para mí es todo un ritual, que comienza con la eleeción del cigarro. No todos los cigarros son iguales por supuesto, ni todos los formatos sirven para cualquier ocasión. Cada momento tiene su cigarro, y ello depende de como nos sintamos, del tiempo disponible, del lugar, de la predisposición... seguramente si alguno de los lectores está mínimamente introducido en el mundo del cigarro puro sabrá perfectamente de lo que hablo.
Una vez hemos elegido  nuestro cigarro, es el momento de elegir con qué lo acompañaremos. Llegados a este punto entramos en un terreno complicado y en gran medida subjetivo, como son los maridajes. Pero este asunto lo abordaremos en otro momento.

Y ya que estamos siendo politicamente incorrectos, describiré uno de esos pequeños momentos de los que disfruto.
Fue hace tres días, concretamente el sábado. Disponía de una hora aproximadamente antes de prepararme para una cena. Estaba atardeciendo y aún no había podido leer el periódico. Así que me senté en uno de mis ricones preferidos de casa, en la terraza; la temperatura era ideal, el ambiente tranquilo, y me dispuse a encender un cigarro.
Para la ocasión elegí un Partagás Shorts. Un cigarro cuya vitola de galera es "Minuto" ( vitola de galera es el nombre que dan en la fábrica de cigarros a los diferentes formatos ). Tiene un tiempo de fumada de aproximadamente 35 minutos, o inlcuso más diria yo, si se lo toma uno con la debida tranquilidad.
A pesar de su tamaño es un cigarro que encierra cierta complejidad, con una fortaleza media, de 3 sobre 5 podriamos decir. No seria desde luego un cigarro que ofrecería a alguien que estuviera empezando en este mundo.



Durante toda la fumada el cigarro combustionó perfectamente, y el tiro, como era de esperar ( y como es normal en los cigarros de formato corto ), fue excelente.
No lo acompañé con nada, así pude tratar de apreciar todos sus sabores.
Es un cigarro que durante su primer tercio me dejó sabores suavemente amaderados, con ciertas notas picantes. Según continué avanzando en la fumada y en la lectura de mi periódico, ya en el segundo tercio, el sabor intenso a tabaco se hizo más presente, dejando a la vez ciertas notas amargas.
Y ya en el tercer tercio, la parte de la fumada que más suelo disfrutar, ese intenso sabor a tabaco se acrecentó, apareciendo de nuevo esas notas de sabor a madera y puntas picantes.

El cigarro prácticamente se acabó junto con mi lectura. Y con mi pequeño momento de retiro.
Fué algo menos de una hora la que empleé en ambos, pero la disfruté especialmente.

Unos momentos que dediqué a alejarme un poco de todo, al ire libre, leyendo y saboreando un espléndido cigarro.

sábado, 11 de septiembre de 2010

PRESENTACIÓN

Todo un placer son los momentos que cada uno disfruta a su manera, haciendo lo que más le gusta o más le llena.


Esos ratos en los que uno se encuentra consigo mismo, o lo comparte con unos amigos. En el rincón favorito de su casa o en ese lugar aparentemente simple pero que nos ofrece el ambiente que necesitamos.

Junto a un buen libro, en torno a una buena mesa, tras el humo de un cigarro puro, contemplando el paisaje o simplemente a la gente pasando.

Todos tenemos nuestros pequeños placeres, nuestros personales refugios. Todos sabemos lo que para cada uno es todo un placer………pero por qué no compartirlo. Porque no compartir con los demás que es lo que nos proporciona todo un placer.

Yo quiero compartir esos lugares, esos momentos que disfruto especialmente, y esas pequeñas o grandes cosas que me hacen disfrutar.


Hace ya mucho que descubrí una gran afición por el mundo de la cocina, y poco a poco me adentré en él. Buscando lugares con encanto, con un saber hacer especial. Y he de reconocer que no han sido pocos los que he encontrado, y que gracias a las notas que como costumbre tomo de cada uno de ellos espero poder relacionar poco a poco en mis aportaciones a este blog.

Después de desarrollar esa afición las circunstancias me llevaron un paso más allá, y gracias a uno de los múltiples destinos que mi profesión me ha proporcionado me adentré en el fascinante mundo de los cigarros Habanos. Sucumbí al encanto de los maridajes y aprendí a apreciar los más variados destilados espirituosos.

Y ahora quiero compartir con todo aquel que lo desee esas sensaciones, esas expriencias y esos sabores que se han convertido en mi gran afición.

Espero que para todos sea todo un placer del mismo modo que ya lo es para mi.