Después de varios meses de
travesía por el desierto, alejado de mi hogar, de los míos y de la mayor parte
de mis aficiones; y después de poner en orden todo lo que hube de dejar aparcado a causa de mis obligaciones laborales,
al fin regreso a este espacio para seguir compartiendo, y espero que
entreteniendo a quienes lo visiten, mis experiencias en torno al mundo de los
habanos, los maridajes y la gastronomía.
Desde luego, cuando partí lo hice
con una aceptable provisión de cigarros, y a pesar de la lejanía, me las
arreglé para poder probar algún caldo que me ha sorprendido y agradado de
manera sobresaliente.
Entre los elegidos hubo una
selección de lo más variado, tanto en marcas como vitolas. Desde algún
Montecristo Edmundo o Petit Edmundo, pasando por varios Partagás serie D nº4, Ramón
Allones Specially Selected, Partagas P nº2, Trinidad Robusto T, Robusto Extra y
H Upmann Magnum 50.
Como he dicho una selección de lo
más variado pero bastante completa y compuesta por varios “imprescindibles”
vaya donde vaya.
Respecto a ese “caldo”, no me
resisto a contarlo, a pesar de que ya lo
tengo en la lista de los componentes de algún próximo maridaje y que será
objeto de un apartado propio en esta página. Se trata del Brandy Solera Gran
Reserva Lepanto P.X. Una auténtica
maravilla que deleitará a los amantes de los Brandy y que para colmo, tiene
como añadido un precio realmente contenido para un producto de esa calidad.
Es desde luego un complemento
perfecto para nuestros cigarros. Ahora, tenemos por delante la grata tarea de
buscar la mejor o las mejores fumadas con las que la combinación sea perfecta.
Pero volviendo a mi “lapsus”,
quiero también resaltar que la falta de condiciones que tuve al comienzo de mi estancia
hizo que no hubiera forma de conservar los cigarros adecuadamente. Y esa
situación me dio no pocos quebraderos de cabeza, obligándome a improvisar hasta
que di con la solución perfecta. Solución que en ocasiones había escuchado pero
a la que nunca presté mucha credibilidad. Esta no fue otra que utilizar como
humidor un tupperware dentro del cual introduje un par de tapones de plástico
con un poco de agua.
El resultado fue casi milagroso,
y en cuestión de pocos días, los cigarros estaban perfectamente recuperados.
Desde ese momento en adelante solo necesite controlar la humedad, o mejor dicho
el exceso de esta.
Desde luego que no hay nada como
situaciones de necesidad para agudizar la imaginación y buscar soluciones
imaginativas, sencillas y en este caso muy económica.
Valga pues esta breve entrada
como saludo y reencuentro con todos aquellos que en ocasiones o más o menos
frecuentemente visitan este espacio y para inaugurar la nueva serie de
artículos. Solo adelantaré que de momento tengo preparadas varias recetas y algunos maridajes que desde
luego no dejarán indiferente a nadie y por supuesto alguna experiencia
reciente.
Poder volver a escribir y contar
con su presencia aquí es y será sin duda, todo un placer.