domingo, 23 de julio de 2017

UNA NUEVA ANDADURA

Casi dos años después regresamos a este espacio con nuevas fuerzas, nuevas ideas y un proyecto renovado. Ha sido mucho tiempo, pero al fin estamos aquí con la esperanza de ser de utilidad a todos aquellos que comparten nuestra pasión por los pequeños placeres de la vida.
Y para este nuevo comienzo que mejor forma que hacerlo aportando una sencilla receta que, no por conocida es menos suculenta.
Es este, además, un plato muy apropiado para esta época del año, y una alternativa a los clásicos arroces y paellas tan comunes en estas fechas, ya sea en el chiringuito o en la reunión de amigos que hemos organizado en casa
.
Se trata de un rape a la marinera.

Para elaborarlo hemos empleado dos colas de rape, con un peso aproximado de 1,5 kg, medio kilo de almejas, un cuarto de gambas, una cebolla mediana, una cabeza de ajo, un tomate maduro, perejil, pimentón de la vera (dulce), un par de vasos de vino blanco, caldo de pescado y aceite de oliva.

Para comenzar cortaremos los ajos en láminas y picaremos la cebolla.
Ponemos en una cacerola aceite a calentar e incorporamos los ajos y la cebolla. Cuando estén dorados le añadimos el tomate troceado lo más fino que podamos y el perejil. Dejamos hacer unos tres minutos mientras pasamos las colas de rape troceadas por harina.

Incorporamos el rape y freímos un par de minutos, justo hasta que veamos que la parte exterior comienza a tomar el característico color blanco. En ese momento añadimos dos cucharaditas de pimentón de la Vera y dejamos hacer un minuto más. Es importante que el pimentón no se queme, pues si eso ocurre tomará un desagradable sabor amargo.

El siguiente paso será regar con el vino. Una vez hecho esto, dejaremos cocinar unos minutos para que se evapore el alcohol. Y cuando eso haya ocurrido, lo cubriremos todo con el caldo de pescado y lo dejaremos a fuego medio unos diez minutos para que la salsa vaya reduciendo.

Cuando haya pasado la mitad del tiempo, le añadiremos las almejas. El objeto de hacerlo así es que tengan tiempo de abrirse y cocinarse, pero no en exceso, pues si nos pasamos de cocción se secarán y perderán su textura y sabor.

Ya para finalizar, una vez la salsa haya reducido y alcanzado su punto incorporamos las gambas, eso sí, peladas; apagamos el fuego, rectificamos de sal y lo tapamos todo. De ese modo, las gambas se cocerán con el calor residual que tenemos en la cacerola y alcanzarán su punto justo.

Y ya tenemos nuestro plato listo para servir. Fácil y rápido. Como acompañante perfecto nuestra opción ha sido un José Pariente verdejo blanco 2016.

















Y cómo no, el colofón a tan marinero plato lo ha puesto un habano. Una exquisitez casi imposible de encontrar, pero de la que por casualidad descubrí dos unidades en mi cava de siempre. Me refiero a un Cuaba Pirámides Edición limitada 2008. Y con este apunte ya estamos adelantando cuál será la próxima entrada de este su blog.

 Esperamos que nos acompañen en esta nueva andadura. Será, cómo no, todo un placer.