miércoles, 27 de abril de 2011

ELIGIENDO COMPAÑEROS. SOBRE MARIDAJES

Abordar un asunto como los maridajes en el mundo de los habanos es algo no solo complejo sino casi osado, me atrevería a decir, pues entrar en el tema del paladar es hacerlo en el terreno de las apreciaciones y gustos personales de cada uno.
                                                     
Aun así, trataré de entrar en el tema, pero solo con la intención de dar unas directrices o ideas básicas que puedan servir de guía o referencia inicial a cualquiera que desee introducirse en este mundo.
No pretendo ni mucho menos sentar cátedra ni dar una lección magistral, ( no me considero preparado para ello en absoluto ),  solo transmitir esas normas que un día alguien me mostró y que me abrieron la puerta a toda una nueva gama de sensaciones.
Para empezar citaremos cuales son los sabores básicos o primarios, a saber, amargo, ácido, dulce y salado. Estos sabores somos capaces de distinguirlos gracias a unos “sensores” que tenemos en la lengua, aproximadamente unos 10000, llamados papilas gustativas.
Pero, la primera pregunta que nos viene a la mente es, ¿en qué consiste un maridaje?
En nuestro caso estamos hablando de maridar un cigarro con un licor, y lo que pretendemos con ello es lograr una armonía o complementariedad entre los sabores de ambos.
Se trata en definitiva de que al combinar un trago de nuestra bebida con la bocanada del cigarro, ambos se fundan en  nuestra boca sin que ninguno de los dos tape el sabor del otro o predomine en demasía.
Como ya he comentado al inicio, el maridaje es básicamente una cuestión de gustos, y aquí en principio, todo vale, aunque podemos tratar de establecer unos criterios básicos o elementales.
A la hora de elegir la bebida que acompañará a nuestro cigarro, debemos evitar las bebidas carbonatadas o los vinos espumosos, pues las burbujas afectan a las papilas alterando la percepción de los sabores. Así mismo también podemos considerar una mala elección los licores tipo crema o aquellos excesivamente dulces.
Otro aspecto a tener en cuenta será la temperatura, las bebidas demasiado frías no nos proporcionaran un maridaje adecuado.
Tampoco son buena elección los licores excesivamente fuertes de frutas o plantas, pues mermarán nuestra capacidad para percibir aromas.
Como resumen a lo que hemos expuesto, podemos concluir que la norma básica general es evitar todas aquellas bebidas que por sus características afecten a las papilas, todo ello con la finalidad de poder captar los sabores de la forma más limpia posible.

Llegados a este punto alcanzamos el asunto más complicado. Tenemos nuestro cigarro, cigarro cuyas características  conocemos por experiencia previa o por referencias, y que hemos elegido según nuestras preferencias, por marca, tiempo que disponemos para la fumada, formato, etc. Y ahora hemos de decidir cómo lo acompañaremos.
La elección habrá de ir en función de las características del cigarro, así, como norma general, para un cigarro de fortaleza  alta y complejo, buscaremos un destilado sabroso, potente y de gran cuerpo, pero siempre tratando de mantener ese equilibrio del que hemos hablado. Por el contrario, para cigarros de fortaleza media o suave, la elección debería ser un destilado de menor graduación o más untuoso.
¿Pero qué destilado elegir? Esa decisión estará condicionada casi en su totalidad por el gusto personal, pues además dentro de cada tipo de destilado clásico, ron, brandy, whisky o coñac, encontramos la suficiente variedad para buscar el compañero ideal para nuestro cigarro. Esos cuatro grupos de destilados que he mencionado son los más adecuados para buscar buenos maridajes, no me atrevo a mencionar ninguno de ellos en especial, pues con todos he encontrado combinaciones excelentes.
La experiencia será la que nos irá diciendo qué maridajes son los adecuados, teniendo en cuenta las normas elementales que hemos citado y nuestras preferencias poco a poco iremos aprendiendo a conjuntar nuestros cigarros, a apreciar la mezcla de sabores y a  descubrir parejas realmente maravillosas.


 Sí es conveniente, para todo aquel que quiera iniciarse en este mundo, dejarse aconsejar al comienzo por alguien más avezado, o bien buscar opiniones en foros especializados que nos vayan guiando en nuestros primeros pasos. Pero desde luego puedo afirmar sin temor a equivocarme que una vez iniciados podrán descubrir como siempre, todo un placer.

martes, 26 de abril de 2011

TODO UN ROMEO DESCONOCIDO Y AÑORADO

No hace mucho tuve la ocasión de volver a fumar uno de esos cigarros que una vez que los has probado, perduran en tu recuerdo.  Evidentemente eso es algo que no ocurre con todos, y por ello quiero dedicar unas líneas a este en concreto.
                                                     
Me refiero al Romeo y Julieta Escudos Edición Limitada 2007. Como no, lo encontré en mi cava de referencia, a la que ya he hecho mención en este espacio. Es un cigarro que, lamentablemente,  hoy día no es fácil de encontrar,  por lo que si el lector tiene la gran suerte de encontrarlo mi consejo es que no se lo piense dos veces y pruebe este genuino Romeo.
La vitola de galera es Gordito, con una longitud de 141mm y un cepo de 50mm. Es un cigarro muy vistoso, con una capa ligeramente oscura. Suave y esponjoso al tacto, con un intenso olor a madera con notas de tierra húmeda.
Una vez encendido, y en su primer tercio, apreciaremos un sabor terroso, con notas de madera y muy amargas. La bocanada será muy amplia desde el primer momento.
En el segundo tercio esas notas amargas se harán más suaves, manteniendo la madera pero apareciendo ya algunas puntas dulzonas con recuerdos a cacao.
Ya en el tercer tercio de la fumada notaremos como aumenta la madera y vuelven las notas terrosas, dejándonos bocanadas muy amplias y sabrosas.
Durante toda la fumada el tiro es excelente, y la combustión muy correcta y pareja.
El tiempo que este Romeo durará entre nuestros dedos está entre 45 y 60 minutos de autentico deleite.
Atreviendome a calificar su fortaleza, diría que estas es de 3,5 sobre 5, y teniendo la osadía de calificar este cigarro, en mi opinión estaría en 7,5 sobre 10.
                                                               
Podríamos calificarlo de un cigarro “duro”, no apto desde luego para fumadores noveles, y con todas las características y peculiar sabor de la marca. En mi opinión es una lástima que no se encuentre entre las ediciones limitadas que después de su lanzamiento se han recuperado para el vitolario general.
Sin duda un gran cigarro que una vez más aconsejo probar a todo aquellos que aún no han podido hacerlo. Les aseguro que será como siempre todo un placer.







domingo, 24 de abril de 2011

SEMANA DE PASION Y EXCLUSIVIDAD EN MALAGA

Es abril, y en abril Málaga huele a incienso y al azahar del patio de los naranjos de su Santa Iglesia Catedral. Y se viste del rojo de los claveles que cubren a Jesús Cautivo, Señor de Málaga, del blanco con el que resplandece Maria Santísima del Rocío, del verde sarga de los caballeros legionarios que acompañan al Cristo de la Buena Muerte a los sones del Novio de la muerte y del negro luto de las túnicas de la cofradía del Santo Sepulcro.
Málaga en estas fechas es un hervidero de gente, gente que acude a ver su impresionante Semana Santa; a ver como el fervor popular saca a recorrer las calles un patrimonio artístico sin parangón y como ese fervor popular se expresa de ese modo tan peculiar en este hermoso rincón de Andalucía que mira al Mediterráneo.

Desgraciadamente este ha sido un año atípico, y sólo cuando el tiempo ha dado tregua hemos podido contemplar la preciosa estampa de los tronos en la calle.

Pero además de disfrutar de la Semana Santa malagueña en sí, en esta ocasión he aprovechado para visitar un lugar con el que desde hacía tiempo tenía una cita pendiente y al que por diversos motivos aún no había podido acudir.
Me refiero al restaurante Montana, situado en el malagueñísimo barrio de la Victoria, a escasos metros del santuario del mismo nombre.
 
El restaurante se ubica en una antigua casona construida a finales del siglo XIX, reformada con gran gusto y acierto, algo que no siempre se puede decir.

Lo primero que nos llama la atención al acceder al restaurante es su sobriedad y elegante sencillez, así como los altísimos techos de todas las estancias, algo habitual en las construcciones de la época.
Disponen de varios comedores y reservados, aptos para todo tipo de reuniones, así como de un magnífico patio en el cual podremos disfrutar del agradable clima malagueño.
 
El ambiente es muy cuidado, y hace que uno se sienta cómodo desde el primer momento.
El servicio es así mismo muy cordial y eficiente, no dejando escapar ningún detalle.
La carta no es muy extensa, siendo el apartado de los entrantes donde podemos encontrar más variedad, pero no por ello quiero decir que no sea completa, porque sí lo es. No siempre una carta muy amplia es sinónimo de una carta completa. De todos modos no la relacionaré, dejando que sea el lector el que descubra la exclusiva y original oferta que tiene en su interior.

Antes de realizar nuestra elección nos atenderán con uno pequeños aperitivos cuidadosamente elaborados y presentados. En mi caso fue una pipirrana de pulpo acompañada de unas papas “baby” arrugas con mojo.

Quisiera comentar en este punto que la impresión general que obtuve es que en este local todo está muy medido y estudiado.

Como plato de entrante elegimos una Ensalada verde con Mouse de Ajoblanco y vinagreta de frutos secos, un plato muy ligero pero servido en la cantidad justa, y una creación  realmente original tanto por la textura dada a ese plato tan típicamente malagueño como por la mezcla de sabores.

Mi acompañante eligió el Calamar con arroz negro y ligero ali oli. Un plato con una gran presentación y mejor final. El arroz en su justo punto, suelto y cremoso al mismo tiempo, muy sabroso y el calamar con la textura perfecta que le da el ligero toque de plancha.

En mi caso me decanté por el Taco de Bacalao con sopita de ajo, un plato algo más simple pero no por ello menos atractivo, y de hecho quedé muy satisfecho con mi elección.

Para acompañar la comida nos decidimos por uno de los vinos recomendados por la casa. Hay que decir en este punto que la carta de vinos extensa y completa, cubriendo toda la gama imaginable de opciones.
El elegido fue un Mont Ferrant Gran Cuvee Brut. Un vino muy equilibrado y que fue un excelente compañero para la cena.
 

A la hora del postre compartimos una Espuma de gachas tibia con trufa de chocolate y cristal de anís. Un manjar dulce que remato la estupenda cena.
De nuevo la casa nos sorprendió con una miniaturas dulces entre las que destacaré una excelente trufa de chocolate. 
Como resumen reseñar que es un lugar muy recomendable, que aconsejo visitar y que de seguro no dejará indiferente a nadie. Dispone de una pagina web en la que podemos consultar tanto la carta como lo menus que ofrecen así como realizar un pequeño recorrido por sus estupendas instalaciones, http://www.restaurantemontana.com/

Por desgracia no pude culminar la cena como me hubiera gustado, pues el tiempo no acompañó y no pude disfrutar del magnífico patio degustando uno de los habanos que podemos encontrar en el humidor de que dispone el restaurante. Pero no tengo la más mínima duda de que pronto podré repetir la experiencia rematándola con un buen  cigarro al que de seguro encontraré su apropiado maridaje y que espero poder compartir de nuevo en este espacio.
Pero una vez más y a pesar de la climatología, fue todo un placer.

miércoles, 20 de abril de 2011

UNA CAVA AL BORDE DEL MEDITERRANEO

Cualquiera que conozca a un aficionado a los habanos sabe que a la hora de comprar nuestros cigarros somos cuando menos algo “especiales”.
No nos gusta adquirir nuestros cigarros en cualquier sitio, y todos tenemos nuestro proveedor de referencia.
Por lo general, cuando acudimos a comprar una de esas que consideramos pequeñas obras de arte, ( en algún momento dedicaré un post a justificar esta afirmación ), siempre buscamos un estanco provisto de una cava de cigarros. Por supuesto existen establecimientos que en lugar de cava disponen de un mueble humidor, algunos de ellos magníficos, pero al menos en mi caso, siempre me decanto por la cava, y creo que es la tónica general.

Los motivos son claros, en primer lugar porque los cigarros han de conservarse a una temperatura y grado de humedad adecuados, pues de lo contrario perderán todas sus características, y esto lo tenemos casi garantizado cuando los adquirimos en una cava, y digo casi porque evidentemente si el responsable de mantenerla y gestionarla no realiza bien su labor el desastre está garantizado, y en más de una ocasión me he encontrado con ese desastre en algún lugar que a más de uno sorprendería. Y segundo porque en un establecimiento con cava encontraremos mucha más variedad de marcas y vitolas.
Además, he de confesar que como aficionado al mundo del habano que soy, entrar en una cava bien surtida y recrearme un buen rato eligiendo mis cigarros, contemplando el muestrario y disfrutando del aroma que hay en su interior es algo que me satisface enormemente.
Eso es algo que valoramos mucho los fumadores de habanos, el poder elegir nuestros cigarros con tranquilidad, observarlos, tomarnos nuestro tiempo para elegir a nuestros compañeros de momentos tan placenteros…
Y es aquí donde llega el momento de hablar de uno de esos lugares donde cualquier aficionado a este mundo se encontrará como en casa.
Me refiero a la cava de cigarros que encontramos en el estanco que hay situado en el “Centro 501” de Aguadulce, en la ciudad de Roquetas de Mar.
En el citado estanco encontramos una cava que ocupa poco menos de una cuarta parte del local, lo cual da una idea de la importancia que le dan en el mismo a los conocidos como cigarros Premium.
                                                                              
La cava, centrada principalmente en los cigarros habanos, a los que dedica la mayor parte de su espacio, acoge un magnífico surtido, sin olvidar por supuesto otras procedencias, como puede ser República Dominicana, Nicaragua, y como no, Canarias.
Los cigarros se encuentran agrupados por marca, reservando un lugar aparte exclusivo para las ediciones limitadas y otro para los cigarros presentados en tubo, cada vez más demandados.
El espacio nos permite situarnos en el centro y contemplar todo el género de un modo muy cómodo y agradable.
                                                       
Otro dato importante es que además de magníficamente surtida como ya he apuntado, se encuentra perfectamente actualizada, pudiendo encontrar en ella prácticamente el 95% del vitolario incluyendo las no siempre fáciles de conseguir “ediciones limitadas”, ediciones que todos esperamos cada año con expectación, disponiendo de ellas prácticamente desde su puesta la venta en el mercado español.

Por ello me atrevo a decir que nos encontramos ante la mejor cava de cigarros que podemos encontrar en la provincia de Almería.
Y el artífice de todo ello es el dueño del establecimiento, Manolo, que además es también un gran aficionado al mundo del habano. Esa afición sin duda contribuye al esmerado cuidado que pone a la hora de mantener la cava, controlar sus condiciones y prestando atención al cuidado de la misma.
Además siempre está dispuesto a aconsejar amable y eficientemente a cualquier fumador novel que solicite su opinión, respondiendo a todas nuestras cuestiones, pues conoce sobradamente este mundo. 

Como he dicho ya, es el lugar perfecto para los amantes de los habanos, un lugar de obligada visita para todos los que pasen por la zona. Un lugar donde solo esa mera visita será todo un placer.

lunes, 11 de abril de 2011

EXOTICO Y FAMILIAR

Hace ya un tiempo descubrí un local en Aguadulce, Almería, poco habitual en la zona y en toda la provincia me atrevería a decir. Un local singular principalmente por la cocina que ofrecía.
Unos platos que fusionaban a la perfección la gastronomía tradicional mediterránea con todo tipo de sabores exóticos y peculiares. La presentación de los platos era inmejorable, y el trato y servicio fantásticos.
El restaurante, cuyo nombre era “ La cocina de Sert “, sufrió varias vicisitudes y cambió de ubicación, aunque su clientela permaneció fiel a su peculiar cocina.
Después de una temporada que me mantuvo lejos de la localidad y por ende del restaurante, a mi regreso comprobé con frustración que este había desaparecido.
Pero he aquí que poco después con gran sorpresa y alegría redescubrí  la cocina que tanto me había agradado, pero ampliada en su variedad, y en mi modesta opinión mejorada y refinada.
Los propietarios del restaurante habían cambiado la ubicación del establecimiento y cambiado la idea de negocio, transformando el restaurante en una tienda de productos gourmet con un concepto muy especial.
En ella, podemos encontrar todo tipo de complementos alimentarios de altísima calidad, centrado principalmente en todo lo que se refiere a cocina asiática, hindú, y exótica en general, sin olvidar por supuesto otros elementos más tradicionales.
Disponen de una gama de vinos no muy extensa pero si muy cuidada con la que poder acompañar perfectamente cualquiera de sus ofertas culinarias. Y es aquí donde encontramos la verdadera razón de ser del negocio y su genial encanto.
Serge Sak, que así se llama el timonel de este barco y de su cocina, originario de Costa de Marfil, nos ofrece toda una gama de platos preparados y por encargo con los más variados y sorprendentes sabores. Todo ello con el añadido de la constante innovación e inclusión de nuevos platos y sabores.
Entre ellos podemos encontrar desde el tradicional maki, los más elaborados temaki o el sushi, dentro de lo que a comida japonesa se refiere.
La relación de ensaladas es muy completa y todas y cada una de ellas con un toque exótico muy personal. Podemos citar en este apartado por citar solo un ejemplo la ensalada de algas con vinagreta oriental.
Merece especial atención la langosta con costra provenzal y salsa thermidor, o cualquiera de sus fajitas, como la de pato y honsui, así como la magnífica selección hindu.

Entre los platos más contundentes podemos encontrar los wellington de ternera, el salmón kulbiak, la carrillada de ibérico, o el impresionante tomino del boscaiolo con hojaldre, pasando por un delicioso confit de pato.
Reseñar toda la carta seria una ardua tarea, pero no puedo tampoco dejar de mencionar un plato como es el dúo de lubina y salmón ahumados, plato que habremos de encargar pero que nadie debe perderse o las deliciosas bieiras con bacon.

Todos estos platos los tenemos perfectamente preparados y envasados listos para degustar en casa, no necesitando en la mayoría de los casos más que de unos minutos en el horno o al baño maría para que estén listos para degustarlos.
A todo ello podemos añadir un menú diario así como una gran variedad de bandejas que nos prepararán por encargo.
En el apartado de los postres señalare el brownie y la espectacular tarta de nueces de macadamia, que hará la delicias de los más golosos.



El asesoramiento y el trato son sencillamente excelentes, disponiendo además de la posibilidad de realizar la compra y los encargos a través de su cuidada página web, www.sak-delicatessen.com.
En definitiva un lugar ideal tanto para aquellos que no disponen en su quehacer diario de tiempo para dedicarse a los menesteres de la cocina como para aquellos que quieran sorprender a sus invitados con una comida singular y de la más alta calidad, todo ello unido a un precio realmente asequible, demostrándonos una vez más que la originalidad, exclusividad y calidad no siempre han de ser caras.
Sencillamente, y una vez más, todo un placer.

















miércoles, 6 de abril de 2011

TARDE CASTIZA Y AMOR A PRIMERA VISTA

De nuevo en Madrid, o mejo dicho, aún en Madrid, y después de casi dos meses no había pasado por ninguno de los “templos” de la gastronomía regional. Evidentemente esto rozaba ya lo constitutivo de delito.
Así pues, en una tarde fría y lluviosa de jueves me dirigí a uno de esos lugares que cualquiera que disfrute de la buena cocina tradicional debe visitar.
Me refiero a Casa Carola, restaurante situado en la madrileña calle Padilla; para aquellos que no conozcan la zona, diré que está muy próximo a Diego de León.



Es un local muy agradable, con una pequeña barra, pequeña porque es un lugar al que no se acude a tapear, allí se va a disfrutar de la comida tradicional madrileña, en un comedor sobriamente decorado, magníficamente atendido y con algunos detalles que no desvelaré para que aquel que decida probar su contundente cocina lo pueda descubrir por sí mismo.
El menú, como no podía ser de otra forma consistió en un Cocido Madrileño, precedido por unos leves entrantes, pues el plato principal no admitía demasiados previos.

El cocido fue sencillamente magnífico, no creo que haga falta describir el plato, de sobra conocido por todos. Magnífico por su elaboración, por su presentación y por supuesto por su contundencia.

Para los postres, un surtido de dulces de la casa, puso un broche de oro a la comida pero no a la tarde, pues esta continuó…
Y continuó donde no podía ser de otra forma, en la sede del club Pasión Habanos situada en el Palacio de Linares, lugar al que ya he hecho referencia en alguna ocasión.
Y es aquí donde se produjo ese amor a primera vista. Para rematar tan contundente comida elegí un cigarro no menos contundente y poco habitual. Tan poco habitual que es imposible de encontrar en los estancos. Me refiero a un Partagás Salomones, Edición especial para Casa del Habano.

Un cigarro con una esplendida presencia, imponente en su aspecto y que desde que uno lo contempla no ve el momento de encenderlo.
Una vitola de galera Salomones, lo que se traduce en un cigarro doble figurado con una longitud de 184mm y un cepo 57; como ya he dicho, imponente.
Me acomodé en uno de los sillones y mientras contemplaba mi elección pedí consejo al encargado de la sala sobre un  maridaje adecuado para el cigarro. La opción fue un Lagavulin 16, y aquí es donde llegó el amor a primera vista.
Se trata de un single malt elaborado en la isla de Islay, con un color ámbar oscuro, casi caoba, impactante en nariz, con todos los matices de la turba y ciertas notas salinas. En boca es inicialmente suave, ganando en intensidad al poco, una explosión de turba y ahumados con recuerdos marinos. En la garganta acaba siendo suave y largo, llenándonos la boca y dejando un gusto muy prolongado.

Sencillamente espectacular, bajo mi humilde opinión y para mi gusto particular uno de los mejores maltas que hasta el día de hoy he probado. Tanto es así que al día después me hice con una botella de este magnífico destilado.
El cigarro su primer tercio me fue descubriendo ciertas notas amargas, con un sabor suave a tabaco y recuerdos terrosos. Durante este tramo me proporcionó bocanadas medias y demostró una muy buena combustión, si bien el whisky aun predominaba sobre el sabor del habano.
En el segundo tercio aumentaron esas notas amargas iniciales y desveló un acentuado sabor a madera. En este punto, la combinación del cigarro con la turba del whisky se tornó simplemente perfecta.

Ya en el tercer tercio ese sabor a tabaco y a madera de acentuó aún más, manteniendo las notas amargas y mejorando, al aumentar la fortaleza, si cabe, la combinación con el destilado.
Sin lugar a dudas, prácticamente hora y media de disfrute intenso durante la cual descubrí un excelente malta hasta ahora ignoto para mí y un perfecto partenaire para acompañarlo.
Como siempre, todo un placer.