Empezamos un nuevo año, y no se
me ocurre nada mejor que hacerlo con una receta con sabor tradicional, sencilla
y muy suculenta.
De hecho, a mí, personalmente, me
apetecía un plato así después de tantos días de celebración y comidas más o
menos especiales o elaboradas.
Y para romper con todo eso no hay
nada mejor que un plato como este, acompañado de un buen vino y rematado como
no con un buen cigarro. Pero vamos al tema en si, vamos a la receta.
Se trata de un arroz meloso con
bacalao y marisco.
Para su elaboración empleamos
cuatro tomates, un pimiento rojo, medio pimiento amarillo, dos cebollas
pequeñas, tomate seco, azafrán, sal, una guindilla pequeña, 1 litro de caldo de
pescado, 400 gr de bacalao fresco, 250gr de langostinos y 500gr de patas y
cuerpos de cangrejo.
En primer lugar preparamos un
sofrito que suelo utilizar mucho como base de muchos de mis platos. Para ello
cortamos en pequeños dados medio pimiento rojo, el pimiento amarillo, una
cebolla y tres tomates, ponemos aceite a calentar y lo sofreímos todo a fuego
medio.
Una vez hecho el sofrito
retiramos un tercio de este y reservamos. El resto lo pasamos muy bien por la
batidora y reservamos igualmente.
Mientras se hace el sofrito
prepararemos el caldo separando las cabezas de los langostinos y poniéndolas a
cocer en un litro de agua con un poco de sal.
Una vez cocidas estas las batimos
muy bien y colamos el caldo reservándolo a su vez.
Para elaborar este plato yo
empleo una cocotte, pero una cacerola grande es igualmente válida.
Ponemos aceite a calentar en la
cocotte, y cuando haya cogido temperatura añadimos el medio pimiento rojo
restante, la cebolla cortada en cuartos, y cuando veamos que empiezan a dorarse
incorporamos los tomates secos, la guindilla ( hemos de tener cuidado pues se
trata solo de darle un puntito de picante ), el cangrejo y el bacalao troceado.
Removemos y dejamos hacer unos
tres minutos, hasta que veamos que el cangrejo comienza a tomar un tono rosado.
En este punto rociamos todo con brandy y flambeamos.
Incorporamos el arroz, removemos
todo y dejamos hacer unos cinco minutos.
Pasado ese tiempo añadimos el
sofrito, tanto el que hemos pasado como el tercio que dejamos sin pasar, así
como el tomate que nos restaba cortado por la mitad. Cubrimos con el caldo
elaborado con las cabezas de las gambas, incorporamos el azafrán, rectificamos
de sal y lo dejamos todo cocer a fuego lento.
No voy a dar tiempo de cocción,
pues este puede variar, entre otros factores, de la variedad de arroz escogida
( yo me decanto siempre por el arroz bomba de Calasparra, casi imposible de
encontrar por estas tierras germanas ),
por lo que lo mejor es ir vigilando esta e ir probando tanto para rectificar de sal como para controlar el
punto del arroz, añadiendo un poco de agua si es necesario.
Cuando tengamos el arroz casi a
punto añadimos los langostinos pelados y apagamos el fuego, dejando que el
arroz termine de hacerse con el calor que guarda la cocotte, de ese modo
evitaremos que los langostinos se hagan en exceso y queden secos.
Y ya tenemos listo nuestro plato.
Un plato que puedo asegurar que hará las delicias de todos.
Para acompañar mi opción suele
ser un Rias Baixas, he de confesarme un auténtico fan de estos caldos. Y aquí
quiero hacer un pequeño inciso y una excepción para recomendar un sitio web creado
por un viejo amigo en el que podemos encontrar una gran variedad de vinos y a
precios más que aceptables, creo que es una buena cosa echar una mano a quien
se decide a emprender, así que recomiendo a quien amablemente lo desee darse
una vuelta por la página http://www.decantare.com/ de seguro que no le defraudará y que podrá
encontrar opciones más que suficientes para acompañar las recetas que comparto.
Espero que se animen a atreverse
con la propuesta de hoy, será sin duda todo un placer.