Vuelvo a introducirme en el mundo
de la cocina dejando una receta cinco estrellas. Tiene una dificultad media, o mejor
dicho es algo laboriosa, pero al alcance de todos y con la que cualquiera que
se atreva seducirá a sus comensales.
Se trata de una Pasta con
calamares, crema de langostinos y trufa negra.
Como ingredientes para cuatro
personas necesitamos unos 320 gr de pasta fresca ( recomiendo pasta larga ),
350gr de langostinos, una zanahoria grande, dos chalotas, 150ml de nata, trufa
negra, aceite y sal.
En primer lugar prepararemos la
salsa. Para ello ponemos un poco de aceite a calentar en una cacerola, troceamos
muy fina la zanahoria y la chalota y lo ponemos todo a pochar a fuego medio.
Mientras tanto limpiamos los
langostinos, les retiramos el intestino y reservamos las cabezas.
Cuando la verdura lleve unos
cinco minutos al fuego incorporamos todas las cabezas de los langostinos y unos
8 langostinos enteros. Removemos y dejamos al fuego otros cinco minutos para
que las cabezas suelten todo su jugo.
Pasado ese tiempo regamos para
flambearlo todo con un taponcito de brandy o, en mi caso de whisky, pero no un
whisky cualquiera, sino concretamente Lagavulin 16. La razón de usar este
whisky concreto es su peculiar sabor extremadamente turbado, ahumado y salino. Nos
dará un toque realmente especial a la salsa.
Una vez flambeado cubrimos con
agua y dejamos todo reducir a fuego muy lento.
Cuando todo haya reducido y la
zanahoria este blanda, incorporamos la nata, añadimos un poco de sal y dejamos
al fuego sin dejar que llegue a hervir unos diez minutos más.
Al mismo tiempo cortamos los
calamares en rodajas finas, ponemos un poco de aceite en una sartén y los
pasamos sin dejar que se doren del todo. Apagamos el fuego y añadimos los
langostinos para que se cocinen un poco con el calor residual. De ese modo
quedarán jugosos.
Para finalizar nuestra crema, una
vez retirada del fuego, la pasamos muy bien con la batidora, dejándola lo más
fina posible. La colamos con cuidado para que no quede ningún resto de las
cabezas de los langostinos y dejamos reservar en una cacerola.
Ponemos en otra cacerola agua a
hervir con un poco de sal. Cuando este hirviendo añadiremos las pasta. Al ser
pasta fresca con entre tres y cinco minutos de cocción bastará para que quede
en su punto.
Una vez cocida la pasta ya solo
nos queda emplatar. Es importante hacerlo en cuanto saquemos la pasta y que la
crema esté caliente.
Para ello colocamos en cada plato
un nido de pasta, y sobre este unas rodajas de calamar y varios langostinos.
Regamos con la crema, espolvoreamos con la trufa negra previamente rallada y ya
tenemos nuestro plato listo.
Como acmpañamiento mi opción fue un Prosecco italiano que encajó a las mil
maravillas con el plato.
Y como no podía ser de otro modo la comida fue
rematada con un cigarro recién llegado a las cavas. Un Trinidad Vigía que supo
poner el broche de oro a un plato realmente interesante y cuya cata detallada subiré en breve.
Una vez más fue todo un placer.
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