martes, 23 de agosto de 2011

DE NUEVO EN FAMILIA

De nuevo un día en familia, esos días que durante el año tanto escasean y que en cuanto puedo trato de buscar a toda costa. Y, al menos para mí, nada hay más gratificante que poder esmerarme en mi pequeño reino, mi cocina, para poder agasajarles con nuevos platos, con la responsabilidad de saber además que ellos son el público más agradecido, pero a su vez la crítica más corrosiva cuando el resultado así lo merece.

Así que, ni corto ni perezoso, me dispuse a preparar unos canelones de marisco.
Un plato, a priori simple, pero que me complicó un poco la existencia a la hora de elegir la salsa, aunque creo que solventé el asunto de un modo cuando menos aceptable.

Para hacerlos empleé los siguientes ingredientes (en casa somos cuatro, número estándar para dar referencias en cocina; así es que todos están referenciados a ese número):

1 paquete de masa para canelones precocida
10 cigalas medianas
12 langostinos
1 paquete de migas de surimi
¼ de cebolla
6 láminas de champiñón
4 puerros
125 ml de nata para cocinar
¼ de litro de caldo de ave

Lo primero que hice fue cocer tanto las cigalas como los langostinos. Una vez cocidas las pelé, troceé y las aparté en un plato.
Un dato interesante es que el caldo de la cocción no lo tiré, y volví a poner en él las cabezas de los langostinos. Lo pasé todo por la batidora, después por el colador y lo guardé en un recipiente para congelarlo. Es un magnífico fumé para futuras experiencias culinarias.


                                                                               
Una vez cocido el marisco se trocean los puerros, la cebolla y los champiñones y con un poco de aceite de oliva los pochamos a fuego lento.

Cuando estuvieron listos los coloqué en un recipiente junto con el caldo de ave y la nata, y lo pasé todo por la batidora. Es importante pasarlo todo muy bien para que el puerro no deje hebras.
                                                                             
Aparté ese recipiente con lo que sería la salsa de los canelones.

Para preparar la pasta bastó con seguir las instrucciones que figuran en la caja. Dejar las láminas en agua caliente durante 20 minutos y ya está.

La operación de rellenar las láminas con el marisco fue la más dificultosa de todo el asunto. Para ello mi consejo es trocear bien el marisco, si los trozos son demasiado grandes será harto difícil completar los canelones sin que se nos deshagan.
                                                     
Antes de ir colocando los canelones en la bandeja es interesante embadurnar el fondo con un poco de aceite para evitar que se nos peguen.

Una vez colocados los canelones los cubrí con la salsa anteriormente citada.

Precalenté el horno a180º y antes de introducir la bandeja espolvoreé un poco de queso Massdam rallado y cebolla seca picada.
Sólo hizo falta tenerlos al horno 15 minutos  y un par más gratinando.

El resultado fue plenamente satisfactorio, un plato sabroso, ligero y muy fácil de preparar. Por cierto, para complementarlo elegí un sabrosísimo lambrusco rosado que encajó a la perfección.
                                                    

Y cómo no, para rematar la faena, que dirían los aficionados a la tauromaquia, un habano que al igual que el plato, es sabroso y ligero, un Romeo y Julieta Short Churchill, en esta ocasión sin maridaje alguno, sólo un vaso de agua, pero eso si, fue, una vez más, todo un placer. 

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