domingo, 12 de enero de 2014

DE MARIDAJES. PALABRAS MAYORES


De nuevo regreso  al mundo de los maridajes con una propuesta realmente contundente y que se ajusta perfectamente al título que encabeza estas líneas.

En esta ocasión y para una larga sobremesa después de una comida aparentemente sencilla pero no por ello menos sorprendente, el cigarro elegido ha sido un H. Upmann nº2 y su acompañante un brandy que ya ha ocupado algunas líneas en este espacio y que es ,sin lugar a dudas, uno de mis preferidos. Una auténtica joya que por desgracia no es muy fácil encontrar, pero que fue uno de los regalos con los que los Reyes Magos tuvieron a bien obsequiarme hace una semana. Me refiero naturalmente al Brandy 1895 Gran Reserva elaborado por  destilerías El Tajo.
                                                                                           
                                                                             

El cigarro es una vitola de galera pirámides, con un cepo 52 y una longitud de 156mm.

A la vista es un cigarro de los que considero elegantes, y mucho más con la nueva anilla de la marca; su capa color carmelita maduro y su tacto suave y esponjoso nos adelantan ya que se trata de un cigarro muy bien elaborado, aun siendo una de las vitolas que requieren más oficio. Su olor en frío nos trae recuerdos vegetales a madera  y a cuero, y su tacto es suave y esponjoso.

El corte lo efectué con un cortapuros de doble hoja y el encendido con un encendedor torch de tres llamas.

Desde el primer momento el tiro fue perfecto, así como la combustión, que sólo necesitó de unas pequeñas correcciones en el último tercio.

Las primeras bocanadas ya fueron amplias y sabrosas, y el primer tercio me dejó recuerdos tostados y a frutos secos con algunas puntas dulces y amaderadas. La combinación con el brandy es muy armoniosa desde el primer momento, y el dulzor de éste conjuga a la perfección con la madera y los recuerdos tostados que he mencionado.

En el segundo tercio la fortaleza aumenta levemente, pasando a ser media, y aumenta la madera  tornándose mucho más sabroso y las bocanadas muy aromáticas. El brandy marida mejor aun si cabe, pues los sabores de ambos van muy parejos y no destaca el uno sobre el otro, haciéndose la combinación  de lo más agradable.
                                                                       

El tercer tercio mantiene la fortaleza media y los sabores generales, eso sí, algo más acentuados y untuosos.
Una fumada de las que nos dejan con ganas de más y un maridaje que sin lugar a dudas es todo un placer.
 

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