miércoles, 1 de junio de 2011

CON TITULO NOBILIARIO

Desde hace tiempo, la producción de habanos nos obsequia periódicamente con ediciones limitadas que los aficionados esperamos con expectación cada año.
Y entre estas novedades, hace dos años, apareció un cigarro de los que hacen verdadero honor al nombre que se le asignó. Me refiero en este caso al Romeo y Julieta Duke.
Lo primero que habrá que decir es que a los habituales de la marca, conocedores de sus particulares características, sobre todo a lo que a sabor se refiere, nos sorprendió, porque no era ni mucho menos un Romeo y Julieta al uso.
El aspecto del cigarro era imponente, de aspecto sobrio y elegante a la par que contundente.
La vitola de galera era Duke, con un cepo 54 y 140mm, con un tiempo de fumada de entre 60 y 90 min; se anillaba con la anilla tradicional de la marca y la segunda anilla que referenciaba su condición de edición limitada del año 2009.
Una vez encendido, y desde el primer momento, comprobábamos que el tiro era perfecto, facilitado este evidentemente por su cepo.
Las bocanadas eran así mismo desde el inicio, muy amplias y sabrosas, y la combustión excepcional, pareja y sin necesidad alguna de rectificación durante toda la fumada.
En el primer tercio se apreciaba un profundo sabor a madera, con un leve amargor y algunas notas especiadas y picantes, con recuerdos de cacao.
Durante el segundo tercio aparecían notas vegetales, manteniéndose el cacao y la madera.
Ya en la última parte de la fumada aumentaba el sabor vegetal, así como esas notas especiadas tan particulares.
Un excelente cigarro, muy sabroso y de esos que nos dejan plenamente satisfechos.
                                               
Eso si, como ya he reseñado no era para nada un Romeo y Julieta convencional.
Según mi calificación personal, podríamos encajarlo entre los cigarros con una fortaleza media alta, de 3,5 sobre 5, y como cigarro, le otorgaría sin dudarlo, un 9 sobre 10.
Habrá notado el lector que en todo momento he hablado en pasado, y añadiría que no sin cierta nostalgia. El motivo no es otro que, por desgracia, esta vitola es ya más que una “rara avis”, un imposible en los estancos.
                                                                   
Fue una producción muy limitada, que ya hace tiempo que desapareció de las estanterías de las cavas, y que hoy por hoy es imposible de conseguir.
Así que este artículo puede entenderse como un homenaje a un cigarro, noble como su nombre, de breve estancia entre nosotros y que nos llenó de satisfacción a todos los que tuvimos la fortuna de saborearlo. Quién sabe si tal vez algún día nuestras esperanzas se hagan realidad y de nuevo volvamos a verlo brillando en las cavas.
Desde luego, volvería a ser todo un placer.

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