domingo, 9 de diciembre de 2012

ESCAPADA FAMILIAR


Hay lugares y rincones en España que deberían ser de obligada visita. Por su belleza, su historia y lo que nos transmiten. Y uno de esos lugares es la ciudad de Granada y la Alhambra.

Hacía ya muchos años de mi última visita a tan emblemático lugar, y tenía una deuda pendiente con mis hijas, pues a pesar de vivir a menos de dos horas de camino aún no les había regalado la oportunidad de pasear por entre sus muros. Porque poder caminar por el interior de sus palacios, sus jardines… es más que un regalo.

Así que aprovechando el día de la Constitución organizamos una pequeña escapada. El día comenzó madrugando, pues para poder aprovechar la mañana y visitar los palacios nazaríes con tranquilidad me hice con las entradas el día anterior a través de internet, teniendo la entrada a las 10:30. Aquí quiero hacer un inciso para atreverme a dar un pequeño consejo.

Es muy deseable acceder a la página oficial del Patronato de la Alhambra, http://www.alhambra-patronato.es , para efectuar la compra de entradas con la suficiente antelación, pues el número de visitantes admitidos está limitado. La compra se hace en sólo unos minutos y es muy cómodo.

A pesar del madrugón, y como es costumbre, como suele decirse, casi nos cogió el toro, llegando a la hora señalada por los pelos.
                                                                           

Según avanzábamos en nuestro viaje pudimos comprobar cómo el termómetro iba descendiendo,  hasta alcanzar los 5º C. El día era inmejorable para la visita, con un cielo ligeramente entoldado, propio de estas fechas y un ambiente frio pero muy, muy agradable.
 

Tras una breve espera pudimos acceder a los palacios, y desde el mismo instante en que uno pone un pie en su interior, la sensación que le embarga  es indescriptible. Indescriptible por la belleza de su interior, de sus zócalos, sus techos, sus relieves y las impresionantes vistas desde todas y cada una de sus ventanas.

Fuimos recorriendo todas las estancias, pasillos, patios… procurando recrearnos en cada detalle, hasta llegar al emblemático patio de los leones, espléndido después de su completa restauración.

Una vez finalizado el recorrido por los Palacios nazaríes accedimos al impresionante palacio de Carlos V, y en su interior recorrimos el Mueso de Bellas Artes.

El último tramo de la visita lo dedicamos a recorrer los jardines del Generalífe, otro paseo incomparable durante el que disfrutamos de las preciosas vistas al barrio del Albaicín al tiempo que caminábamos junto a sus estanques y fuentes.
                                                     

La visita nos dejó un estupendo sabor de boca y espero que una huella que las más pequeñas de la casa no olviden y las lleve a regresar a tan especial enclave.


Para finalizar nuestro día granadino, y antes de iniciar el viaje de vuelta, como no, realizamos una visita culinaria.

En esta ocasión acudí a un local regentado por un reciente seguidor de este blog y con el cual entablé contacto a través de la red social Twitter.

Se trata del restaurante y gastrobar Oleum,  ( www.restauranteoleum.com ) dirigido por Gregorio García.

La visita fue de lo más agradable, en esta ocasión decidí optar por el gastrobar, pensando una vez más en las benjaminas, y he de decir que fue todo un acierto.

El servicio fue muy agradable, y la comida excelente, tanto en su presentación como la originalidad de algunas propuestas, como el secreto  de ibérico  sobre calabaza cortijera al ajillo. Este fue seguido de una pizarra Oleum, compuesta de un original San Jacobo de berenjena, lomo de orza, croqueta casera y unos huevos rotos.

Estos dos platos, ya generosos de por sí, fueron complementados por algunas de las tapas, cortesía de la casa y tan tradicionales en granada, a destacar un arroz sencillamente delicioso.

Una gran experiencia que no dudaré en repetir tan pronto como me sea posible y que recomiendo a todos los que visiten la capital granadina, porque además la relación calidad precio es excelente.
                                                                       

Un pequeño paseo puso fin a nuestra escapada, con una pequeña escala en una de las pastelerías con más tradición de Granada, Casa Isla, (http://www.pionono.com )  para satisfacer los deseos de la más pequeña de la casa.

Ya de regreso a casa, y como es costumbre, rematé el día a mi manera, en esta ocasión con un Partagás Serie E nº 2 y una copa de brandy 1885, que disfruté en mi pequeño reducto al tiempo que recogía las impresiones de tan singular maridaje, aunque eso… es otra historia.
Un día en familia, perfecto y que fue una vez más todo un placer.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario