domingo, 2 de diciembre de 2012

DOBLE CELEBRACIÓN


Quiso el destino que dos de las tres personas más importantes en mi vida, nacieran el mismo día, eso sí, con una diferencia de 32 años.

Es por ello que ese día en concreto sea tan señalado en casa.

Y como no, para celebrarlo me dispuse a preparar algo realmente especial a la vez que sencillo.

De nuevo recurrí a unos de los reyes del mar, de carne blanca y fina, que ya ha sido protagonista de otro artículo. Me refiero al rodaballo. Y la forma elegida para prepararlo fue en papillote.

Esta forma de preparación consiste en colocar el lomo del pescado sobe una hoja de papel de aluminio colocando sobre este unas verduras, regándolo con un poco de aceite de oliva, sazonándolo y cerrando el papel como si de un sobre se tratara, dejando todos los bordes de este sellados con varios dobleces.

En mi caso, antes de colocar las verduritas, que fueron un poco de puerro cortado muy finamente en juliana, un poco de cebollino y unas hojas de albahaca fresca, espolvoree sobre el pescado una pizca de Pimentón de la Vera. Lo justo para aromatizarlo un poco.

Y una vez cubierto con las verduras le añadí un toque personal y especial, una gambas rojas.

Finalmente solo restaba cerrar el “sobre” de papel de aluminio e introducir en el horno que previamente había calentado a 180º.

En diez minutos el plato estaría listo. Un dato importante a tener en cuenta es que cuando se sacan los “sobres” de papel de aluminio del horno hay que ser prudentes al abrirlos, pues el vapor que se genera en su interior, al salir, puede quemarnos.
                                                     

La mesa se completo con unos berberechos salteados, y para acompañar ambos platos un cava realmente especial y acorde con la ocasión. Un Oriol Rossell Reserva de la Propietat Brut Nature.
                                                                

La nota dulce la puso el  postre, una espectacular tarta de cuajada a la que también di un toque personal, convirtiéndola en tarta de cuajada y de chocolate. Solo el nombre ya suena casi pecaminoso.

Como no podía ser de otra forma, la celebración merecía un colofón especial. En esta ocasión un cigarro elegante, suave y lleno de matices. Un Davidoff Millenium blend Pirámides. Una pirámide impresionante, con una longitud de 156mm y un cepo 52.

Toda una delicia que acompañé con otro viejo conocido de este espacio y con el que comparto no pocos momentos y cigarros. Me refiero a un Macallan 12. La combinación de ambos fue todo un éxito y se la recomiendo a todos los aficionados a estos pequeños placeres.
                                                                         

Un día muy especial rodeado de los míos y que todos disfrutamos enormemente, en especial como no, las dos homenajeadas. Y por supuesto, un día que fue todo un placer.
 

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