sábado, 22 de diciembre de 2012

LA BUENA ESENCIA...


…se guarda en frasco pequeño, y eso es precisamente lo que ocurre con el cigarro que nos ocupa hoy este espacio.

Se trata de un cigarro de pequeño formato y gran calibre, algo bastante de moda en los últimos tiempos, aunque probablemente este fue uno de los pioneros.

Me refiero, como no, al Hoyo de Monterrey Petit Robusto, otro de esos cigarros imprescindibles en mi humidor y uno de mis favoritos como cigarro de aperitivo.

Es un cigarro con una longitud de 102mm y un cepo 50, con una vitola de galera “Petit Robusto”. De bonita factura, que en frio nos deja aromas a tabaco y cuero suave.

El color de su capa es colorado, y en el caso del ejemplar objeto de mi cata colorado maduro.

                                             
El corte lo efectué con un cortapuros de una sola hoja, y el encendido con un encendedor tipo torch de tres llamas.
Desde las primeras bocanadas, estas se muestran muy amplias y sabrosas.
En el primer tercio apreciamos un sabor intenso a tabaco desde el primer momento, con notas vegetales y recuerdos a tierra.
Poco a poco el cigarro va evolucionando dejándonos en su segundo tercio sabores especiados algo más intenso, apareciendo la madera y unas puntas dulzonas muy agradables.
El tiro es impresionante, como no podía ser menos en un cigarro de su calibre, y la combustión poco menos que perfecta.
En su tercer tercio persisten los sabores antes descritos, aumentando su intensidad con alguna leve nota tostada.
Una característica a destacar de esta pequeña obra de arte es su intenso aroma durante toda la fumada, algo que desde luego no pasará desapercibido a los amantes de los buenos cigarros.
Un cigarro de fortaleza que evoluciona de suave a media,  que a pesar de su pequeño tamaño se ha ganado un sitio entre los grandes y que nos regalará momentos que serán todo un placer.

 

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